Tuesday, February 23, 2010

Y yo.


Ahí estábamos, esperando a pasar. Pasamos y salimos, tuvimos un problema, lo resolvimos, antes de volver a entrar saltamos al infinito, me enamoré, me des-enamoré. Nos metimos, ahora si para quedarnos ahí 3 horas. Nos sentamos, nos deleitamos con los sonidos uniformes y constantemente felices de Martina Topley Bird, y después… United Snake. Las luces salieron de donde estaban y empezaron a murmurarme oraciones que despertaron en mi las más inocentes contradicciones.

Gritamos, nos sentamos, nos paramos, salte de alguna manera en mi asiento, volvimos a saltar al infinito clandestinamente entre la oscuridad contrastando luces que cegaban, volví a escuchar a las luces, aja, o sea que la luz hablaba con su luz. “Life’s too short to get stucked in reverse”…

Pensé sin analizar y deje que los beats y los gritos me apaciguaran lo que hasta ayer por la tarde sentía, me mordí los labios y decidí dejar en aquel banco del auditorio nacional, aquel nombre y aquella piel, ese apellido y aquella saliva.

Terminaron con la obvia canción y salimos, aún gritando y diciendo “¡estuvo magnifico!” y caminé con mi acompañante hacia mi gusano de metal dejando atrás cenizas y nombres con todo y apellidos…

La música como cura, a casi todos los males.


Massive Attack Rules!!

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