Thursday, May 17, 2012

Hay demasiada turbulencia en mi cerebro y la única manera de frenar el viento es soplando de lado contrario.
Por esto no creo que deba recorrer la isla de los dioses. Por ello prefiero recorrer la sangre que no tengo palpitando.

Es curioso, hace unos 4 años escribí algo sobre mi síndrome Peter Pan, diría mi amiga, aja, aquel que te impide crecer y con toda nueva etapa de la vida prefieres esconderte hasta que pase el peligro. Tenía 19 frescos años, y me creía una niñita. Tengo 23 años y me sigo creyendo una niñota. Bien, digan lo que digan, me rehuso a crecer. Me rehuso a dejar pasar la edad en la que te conocí... tú, tan callado y tan extraño para mis grtitos y mi
mis bailes de fiesta. Siempre me pareciste interesante, siempre prefería mirar al cielo cuando caminaba, el suelo no era una opcion para perderme, incluso cuando nos besamos la primera vez.

Llevamos un año juntos, proceso de domesticación, lagrimas, y lo que ahora, con mayor seguridad puedo afirmar que es realmente amor. Tengo la certeza de que terminaré anciana al lado de un anciano loco, digamos que lo normal jamás me ha llamado la atención, por desgastante que sea, RinU... el día que pretendas faltarme voluntariamente, no sé que voy a hacer.

No te vayas, Isabel y Estefanía, te necesitan con todas sus 15 letras.