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Hace tiempor que deje de escribir. La razón quizá muchos no la entienda. Incluso pueden llegar a decir que entonces yo no fui jamás una escritora. Que jamástuve la iniciativa. Es ambiguo.

Hoy no tengo mucho que decir. Probablemente porque sentí una lanza que cortó mi garganta y me atravezó hasta los dedos de los piés. Quizá porque esa lanza tenía tu nombre. Quizá porque tenía el mío y no pude deterla. En fin...

Escribir tonterías tiene su recompensa, y aunque dejé de hacerlo y ahora me considero pésima, aún existen factores externos que puedo nombrar como inspiraciones de calidad.
Volveré a hacerlo, aunque nunca me salga, aunque no diga lo que quiera decir-te.

Lo haré de nuevo porque descubrí un pasado glorioso, del cual tengo que sacar provecho en algunas cuantas letras.